Después de casi un mes de haberme cambiado de trabajo creo que sólo me queda postear mis conclusiones al respecto. En primera , el IUCE, además de la prepa donde yo estudié, en realidad fue una etapa muy buena en mi vida, conocí gente que quiero mucho, aprendí muchas cosas como maestro y sobre todo, recibí las demostraciones de cariño más chidas que alguien que se dedica a esta profesión puede recibir. Obviamente no puedo decir que fulano o sutana fueron mis alumnos favoritos (aunque de hecho los hubo, pero no los mencionaré, eso me lo quedo para mi), pero sí, que la parte más chingona de dar clases es que, más allá de lo buena que pueda ser mi clase y lo mucho o poco que los alumnos aprendan en ella, que ellos te demuestren que te aprecian, que te hagan parte de su “banda”, que te cuenten sus cosas y te pidan consejo… esa amistad es la que vale la pena, y mucho!
Por otro lado, que la educación en este país, sin importar si está
afiliada a una religión o no, siempre es un negocio, como en cualquier parte del mundo, cierto, pero en este país al menos, a la gente se le olvida que lo más importante es aquello con lo que trabaja un maestro… Gente. La educación se vuelve sólo un negocio, donde sólo importa la lana y no lo que se hace con ella para, por una parte, tener contentos a los que se dedican a educar a los chavos, dándoles el real valor de su trabajo, y por otra, dar a los alumnos todo lo necesario para que realmente aprendan cosas valiosas, que la sociedad de verdad les ofrezca un lugar importante y que crezcan siendo libres.

Es realmente una pena que eso pase, ni modo, hipócritas los que en nombre de la religión dicen estar del lado de los chavos y en el fondo no es así, tanto como los laicos que sólo piensan en el negocio que representa en términos individuales y no como sociedad.
Ahora sigo dando clases y lo seguire haciendo por que me gusta y creo en la importancia de ello, por que es lo único y lo mejor que sé hacer profesionalmente y por que no importa lo que pase, la sola idea de que lo que yo sé y comparto le sirva a otros para su vida es lo más gratificante en el mundo.
Estoy de acuerdo contigo: vale la pena compartir lo que sabes y aprender de los demás. Lástima que a veces se nos quiten las ganas de seguir en el camino, como me paso a mí. Saludos.
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