Quise hacer un experimento…no soy ningún experto, ni tampoco fue el ejercicio más controlado y supervisado. Sin embargo, conseguí lo que mi “amargura” quería probar…o probarme a mi mismo y a nadie más.
Las imágenes de mujeres semi desnudas que aparecen en todos lados, me incomodan un poco. No es por puritano, ni tiene nada que ver con mi orientación sexual, sino con que me parece que siempre tienen un aire de pederastia y deshumanización al que estamos tan acostumbrados, que, o no nos importa , o creemos correcto, y tal vez, propiciamos y alentamos. Saqué una serie de imágenes de mujeres en poses sensuales, posteadas por una revista cuya misión es “ser el común denominador de los intereses masculinos y destacar la sofisticación del hombre moderno” en Facebook. Todas ellas con cientos de likes. Lo único que hice fue agregarles un texto incómodo que se les pudiera relacionar, variando de lo incorrecto y chistoso, a lo incorrecto. El resultado fue que a nadie le gustaron.
“¿Qué onda con tus publicaciones.” “¿Qué te pasa? Están muy mal esas imágenes que subiste.” ¡Por supuesto que están muy mal! Nadie quiere encontrar en su tl frases sobre pederastia, infecciones vaginales o sexo anal…pero, ¿acaso no están mal las imágenes ya de suyo? Soy todo menos feminista, sim embargo creo que hay algo incorrecto en que la idea de sofisticación e interés masculino esté ligada a la de admirar cuerpos que carecen de ideas, sensaciones u opinión. Por otro lado, y sólo como comentario al margen, es un hecho que el interés por la relojería, moda, viajes, comida y bebida, no es exclusivo de los hombres heterosexuales… más aún, estadísticamente el consumo de productos y servicios “de lujo” es mayor entre hombres solteros homosexuales… Lo cual genera una contradicción, además de hacerme dudar sobre el conocimiento de los editores acerca de su público consumidor.
Volviendo al punto inicial… Las imágenes que aquí presento no recibieron un sólo like (bueno, en algunos casos un par gracias al sinsentido y el gusto por el humor negro y políticamente incorrecto de mis conocidos), y obtuve el resultado que esperaba de mi experimento de incipiente validez: La hipocresía absoluta de las redes sociales. 1. A nadie le gusta que aquello que está implícito se haga explícito, porque en comsecuencia, nos vemos a nosotros mismos como algo que no quisiéramos ser. 2. Las redes sociales no aceptan dos cosas, la felicidad consistente de los demás (¿por qué alguien tiene que estar mucho mejor que yo? De lo cual no hablaré por ahora); y la honestidad y la crítica. Ya sé, facebook, twitter , etc, no son espacios de reflexión pero, ¿deberían serlo a veces? ¿Deberíamos detenernos a ver lo que se refleja en ese espejo de nuestro mundo, nuestras vidas?
¿Será sólo mi amargura, como dije al incio? Probablemente. Enojy!