Decir que Björk es un genio puede que sea una simplificación de su virtuosismo. No me cabe duda de que en algunas décadas, los libros de historia de la música van a traerla a ella como un parteaguas, o al menos una influencia innegable tal como aquella de Haydn, Schoenberg o Glass. Vulnicura es una muestra contundente…tal vez, la más contundente hasta ahora.

No se apareció Cristo o la virgen en tu rebanada de pan tostado. No existe una cara en la superficie de Marte. Simplemente nuestro cerebro busca darle forma y convertir en familiar las cosas que no comprende. Es lo mismo que cuando vemos dragones o perros que vuelan en las formas de las nubes! Así sucedió con los muchos reviews que aparecieron cuando, casi por error, nos enteramos de que Vulnicura estaba disponible.

Después de que el disco se filtrara en el internet, mucho antes de lo programado (o talveze ese fue el plan siempre), Björk hizo gala de su ecuanimidad y sentido común y, sin declaraciones ni aspavientos, el disco entero salió a la venta. Ahí fue cuando los más, empezaron a escribir sobre las “similitudes” existentes entre algunas canciones de este album, y muchas de los anteriores, especialmente Post y Homogenic. La razón? Ante su falta de comprensión, como en el caso de muchos, lo que hacen es referirse a dos de las piezas de la cantante, que de hecho etienden a medias.

Vulnicura no es un disco fácil, ni mucho menos un disco que con un par de oidas nos deje satisfechos. Como en muchas de las cosas que hace Björk, cada una de las escuchas nos va empapando de su complejidad…pero al igual que cuando empapamos una esponja, una parte, la mayor talvez, se escurre y lo que queda es insuficiente. Escribo esto tras haber escuchado Vulnicura por lo menos diez veces. No por que sea un “fan from hell” (de he ho lo soy de muchos otros artistas y bandas, pero no de Björk), sino por que así como me impacta su belleza y complejidad, también creo que, si de escribir se trata, no me iba a dar a la tarea de escribir sobre Medulla, o Big Time Sensuality para satisfacer mi necesidad nada más.

Vulnicura es, sin lugar a secretos o interpretaciones ulteriores, una historia de desamor entre ella y el sí incomprensible Matthew Barney en la que la intensidad de las canciones y la intimidad de las letras va creciendo hasta ser apabullante. Björk nunca habla de hecho de sí misma, no habla de su propio dolor ni de su rol en los enfrentamientos emocionales más vicerales; no es condescendiente consigo misma, ni simplista con el desamor, sólo es honesta, cruda y sublime. Es tan bella e impactate como ver una herida sangrante! Es un hecho que Vulnicura le debe mucho a todos sus antecesores. Homogenic, Vespertine y Medulla…tal vez esos son los tres hermanos mayores de este album. Los pequeños pasos de geniealidad, o las semillas creativas que necesitaban de un evento de dimensiones traumáticas, para florecer en una pieza que emancipa a la cantante de su propio ser, y la redime como creadora. A nosotros, nos llena los oidos con capas y capas de sonido que se superponen y que demandan, no solo admiración, sino una comprensión delicada, atenta. Al final de cuentas, como leí hace unos días en The Guardian, toda la música pop parece ser sobre amores que se desmoronan a pesar de que en apariencia, deberían haber durado una eterenidad. Sin embargo, el tema parece completamente nuevo y complejo en las manos de Björk, mucho más de lo que imaginaría cualquiera…por suerte, una vez más, como pocas en la histora, alguien le da nuevos horizontes a la dimensión humana de la cotidianeidad.

Escribir sobre un album no es simple, sobre todo por que, como muchos otros, podría empezar a citar frases de las canciones, psicoanalizarlas, y hablar de su instrumentación ad anauseam, lo cual no haré…simplemenete he escrito sobre Björk. Vulnicura es asunto de cada uno de ustedes.