El asunto del derrame de petróleo en el Golfo de México, del cual es responsable BP es a todas luces algo que debería ser considerado uno de los más terribles crímenes contra la naturaleza, tanto en presente como en el futuro… si es que a causa de cosas como esta, nos queda algo para llamar futuro.
Sin importar la insistencia con la que ahora todos los días, insisten en lo mucho que están haciendo, los miles de millones de dólares que están invirtiendo y las largas jornadas de incansable trabajo, el daño está hecho y va más allá de un simple error. BP es, a mi juicio, la pruba de que eso que desde el siglo XIX llamamos progreso, lo único que ha hecho por nosotros es convertirnos en seres menos amables, menos conscientes y por suspuesto, muy poco preocupados por nuestro entorno.

El medio ambiente no es, pésele a quien le pese, una resposabilidad propia de unos cuantos. Mucho menos, una entidad externa que se escapa de nuestra comprensión y de la que no tengamos que ocuparnos. Lo sucedido hace unas semana en una plataforma petrolera es culpa de BP, pero en sentido amplio, es culpa de todos. Lo único que no es justo es “lavarse las manos” como lo hace la mencionada empresa en la imagen de la derecha.
Qué pena por ellos, son una vergüenza, pero sobre todo, qué pena por nosotros, que hemos de pagar las consecuencias de algo que no provicamos, al menos no directamente.