Respecto de lo que escribí hace unos días sobre la Iglesia Católica y sus porquerías hay algo que me llama la atención y por ello regreso al tema. Un tal Norbert Denef dijo hace unas semanas que por fin había podido reunir la fuerza necesaria para denunciar los abusos de que fue objeto cuando niño en una iglesia de Alemania. Un padre, además del organista de la iglesia en la que era acólito, abusaron de él en repetidas ocasiones durante años. Al crecer se lo dijo a su familia y estos, en lugar de apoyarlo, le dieron la espalda, lo “desterraron” de la familia, por así decirlo.

Más allá de la tragedia personal de este hombre me pregunto, ¿acaso no hay otros intereses detrás de dichas declaraciones? Espero no ser malinterpretado, estoy totalmente de acuerdo con Denef y sus acusaciones, y creo que de seguir vivos, los implicados bien deberían pasar lo que les quede de vida en una cárcel donde sean objeto de las peores brutalidades; pero ¿por qué pasaron tantos años? ¿Por qué siempre en este tipo de casos, como el de los miles de hijos de Maciel o del ahora presidente de Perú, las cosas siempre se dicen muchísimas décadas después de sucedidas? Creo que, por un lado hay algo raro, por ejemplo, el hecho de que durante años se hayan aceptado sumas de dinero para mantener el silencio, mismo que se acaba cuando el dinero deja de fluir. Al menos eso parece en los tres casos citados arriba. ¿No es eso una actitud incorrecta éticamente? “Mientras me des lana no me acordaré de mi sufrimiento”, me parece la postura más baja, tal vez tanto o más que la de los abusivos pederastas.

Estoy convencido de que en situaciones extremas la racionalidad se ve fuertemente afectada, es inclusive algo obvio, pero ello no significa que el abusado se tenga que volver una especie de vengador anónimo de su abusador, ¿o sí? Si los hijos de Maciel o los del presidente peruano (luego nos preguntamos por qué América Latina está como está…) piden una lanota está bien, ellos no son culpables de lo sucedido, aunque éticamente responsables de haber guardado el “secretito” familiar para una mejor ocasión, en mi opinión, sí.

Bien opinaba Marx (cuyas ideas respecto de muchas otras cosas están más obsoletas que el heliocentrismo) respecto de las religiones todas por igual, todas son una basura, en términos intelectuales son el epítome del control de las masas y, en términos individuales, son la mejor manera de perpetrar crímenes impunes. No creo en la compasión por nadie implicado en un crimen como los que he discutido en estos dos posts, la responsabilidad en un crimen la comparten por igual, creo, el criminal y el que esconde su conocimiento de dicho suceso por cualquiera que sea la razón o la cantidad.