Toda persona que esté fotografiando o grabando algún lugar propicio de sufrir un ataque terrorista puede ser interrogada e inclusive encarcelada. Esa es la idea de la Autorización de la Sección 44. Una controversial ley que se ha llevado a las cárceles inglesas a turistas, reporteros y arquitectos entre muchos otros fotógrafos aficionados o profesionales que estaban cerca de algún monumento o edificio que a juicio de la policia puede ser atacado por los terroristas en cualquier momento. Por lo tanto debe ser protegido de cualquier sospechoso.La ironía en todo esto es que ahora todos somos sospechosos de tomar fotos para Afganistán o cualquier otro enemigo de occidente. Una vez más, bajo el argumento de la protección de la paz, los civiles se ven afectados en lo más básico de sus derechos. Por lo anterior se organizó una campaña llamada I’m a photographer. Not a terrorist, la cual llama a todos los fotógrafos a hacer una reunión masiva en la que se presenten sus fotos a manera de reclamo. La idea puede no ser ninguna maravilla, pero sí el hecho de que, una vez más, el abuso llama a la puerta y algo debe hacerse, si no no podremos tener una foto de St. Paul´s o del Big Ben nunca más. Enjoy!