
Hacer como que la gente diferente no existe es mantenerlos en la sombra de la falta de derechos, del abuso sin castigo, de la ignorancia y, sobre todo de la marginación en todo sentido. Perseguir a aquellos que son diferentes, sólo por el hecho de ser diferentes es aún peor; si bien de este modo ya no están escondidos en el anonimato y la marginación, la persecución provoca que se escondan, “voluntariamente” motivados por el temor a que la diferencia sea el motivo para hacerles daño.

Con el destierro, persecución y asesinato de Sadam las cosas serían totalmente diferentes en aquel país. Nadie mejor para hablar de libertad que los gringos, ellos que son un modelo a seguir en el tema…
Pues resulta que, mientras durante muchos años el gobierno de Hussein tuvo una política de
“hacer como que no existes” respecto de los homosexuales (lo cual lejos de estar bien simplemente los ignoraba en todo sentido, pero igual les dejaba llevar su vida, a escondidas, es cierto, pero hasta ahí), una de las libertades que le “regaló” el sistema gringo a aquél país fue el derecho de perseguir y asesinar públicamente y sin consecuencias aparentes, a todos los homosexuelas (principalmente, aunque igual se incluyen otras minorías). Ahora, después de haber sido ignorados han tenido que buscar asilo en casas de seguridad y vivir en ellas, escondidos de las balas o las piedras que no se detienen hasta matarlos.


La revista Time preguntaba en una de sus portadas “qué pasará cuando nos vayamos [de Irak]? La respuesta es muy simple y ahí la tienen…

