Una banda se subió al escenario, cuatro chavos flaquitos, buena onda, sin la menor idea de cómo hablar español. Todos escuchamos pacientes, amables, agradados por la música relax, sticky y complaciente, sobre todo en relación con la edaad general de los asistentes al evento. Aunque, como siempre, hay chavitos de gustos inusuales para su edad, y adultos, demasiado adultos con ganas de seguir siendo hip, la mayoría de los convidados oscilaba en los 30-40 ish.
Me queda claro que Travis ya se volvió una banda, si no es que siempre lo fue, de adulto contemporaneo que envuelve su pasión y depresiones en una doble funda de rock indie suavecito y esos ritmos que bien suenan en una fiesta de chavos, en el carro mientras manejas o en la estación de radio que oye tu mamá.

Después de la presentación del invitado, se encienden las luces, se apaga el escenario de nuevo, y la espera continua, se hace más intensa por que hace muchos tiempo que vino por última vez y es ahora, muchos años después, que por fin Peter Gabriel está en México de nuevo. Fans le sobran, amantes de su música, capaces de hacer lo que sea por gritar la letra de sus canciones… y de paso pagar 800 pesos o más, mucho más, en tiempos de “crisis” por que estas cosas no se sabe cuando se repetiran (me refiero al concierto, por que las crisis seguro se repiten siempre), no sabemos si lo volverá a hacer.
Por fin la voz de una mujer avisa que el concierto se grabará para Encore Series (osea que, además, los podremos comprar tal cual ucedan, en un CD o varios, dentro de unos meses) y las luces se apagan, el concierto empieza, gritos y aplausos por montones. Desde el inicio los éxitos, las canciones que lo hicieron formar parte de nuestras vidas desde hace tanto, tanto tiempo (no tiene un CD nuevo, sólo unas rolas para Wall-E, así que los hits seguro llenan el ambiente).
Conforme la noche avanza las canciones siguen y siguen, algunas de los primeros discos solistas (Scratch, Melt, y esos que no tenían nombre sino que eran como un artículo de revista acerca del artista), muchas otras de los discos más famosos (So y Us) y entre cada una, la presentación, siempre en español, pausado y muy correcto}; Peter Gabriel introduce cada una de sus rolas con una pequeña historia, con los antecedentes de lo que ésta significa, con un agradecimiento… con su voz lenta y grave y así sucede hasta casi la una de la mañana.
Cuando parece que el placer se ha terminado, después de que la piel se ha enchinado varias veces, de que hubimos todos cantado y movido los brazos recordando, más aún, reviviendo, cada una de las canciones, él se va, pero no se va, la gente no lo deja, regresa, se enciende todo de nuevo y canta una vez más, dos veces más, hasta que por fin hemos oido todo lo que necesitábamos, no puede ser mejor. Ahora sí nos vamos todos del lugar.
Si bien es cierto que esta vez el show fue menos espectacular que las dos anteriores (no hubo cabinas de teléfono, árboles, motos, cámaras portátiles que grabaran al público, ni pelotas gigantes en el escenario) las luces y las imágenes que acompañaron a cada canción fueron perfectas, además, el genio una vez mas demostró por qué el mundo entero lo admira sin más pretenciones que las artísticas. Es el mejor!
Y además de todo, como ha hecho siempre, usando la fama de la que es poseedor, se preocupa por los demás, no como el ridículo de Bono que quiere el Nobel y le gusta la política, sólo por que el mundo es importante y la gente también, nos pide que firmemos una carta en internet que él mismo le entregará a Calderón pidiéndole que haga algo por las mujeres de Juarez. Oajalá que, después de haber aceptado que es su fan, esa sea la razón gracias a la cual por fin se haga algo al respecto. Mientras tanto, seguiremos aquí, esperando que se repita, por que una, dos, ni tres veces son suficientes ante un genio.